El día 22 de diciembre de 1937, en plena guerra civil,
cayó sobre la ciudad de Sagunto uno de los bombardeos más crueles que se pueden
abatir sobre una población civil indefensa. El área donde cayeron era los
almacenes de naranjas cercana a la estación de RENFE. Era miércoles, día de
mercado en Sagunto, mediodía, momento en que los trabajadores de los almacenes
de exportación de naranja salían de su trabajo. Los pilló de pleno. Murieron 34
personas en el acto y los heridos fueron centenares.
Las bombas arrasaron el pueblo. Imagínense una población
en plena guerra, que no tenía ambulancias, ni infraestructuras sanitarias
adecuadas, ni siquiera el debido material de curas. Imagínense, repito, el
trasiego de carros, único transporte que había, desde el hospital de Sagunto
hacia la zona bombardeada, para recoger a los heridos y llevarlos al hospital,
situado entonces en la plaza del mismo nombre, la consternación, el miedo y el pavor
de la población y familiares en el momento de ser sabedores de tal mortandad. Fue
una masacre tal, que hasta nuestro poeta Bru i Vidal se refiere a ello en un
poema lleno de imágenes de dolor.
Los bombardeos sobre la población civil, y sobre la fábrica
de Altos Hornos, convertida en Fábrica número 15, de armamento para la
República, fueron moneda corriente durante la guerra civil. El objetivo
fundamental era impedir la producción de la la fábrica, pero sin destruirla,
que la gente tuviera miedo, minar su moral. Según Manuel Girona(“La Guerra civil a Sagunt”), “tanto
republicanos como franquistas querían conservar la fábrica en las mejores
condiciones posibles. Unos porque era una fábrica de armas que producía mucho y
ocupaba a mucha gente y los otros porque confiaban en su rápida victoria y
querían que esta estuviera disponible para la futura reconstrucción” …
Nadie que me conozca pensará que estoy haciendo
propaganda franquista, me baso en testimonios extraídos de opiniones que
considero válidas y documentadas. Desgraciadamente, siempre hay alguien que
extrapola y descontextualiza aviesamente, palabras o frases, no sé si para
herir o porque tiene un mal día, o para justificar su inoperancia.
Pues bien, este hecho histórico tan doloroso, fue el que animó
al Col.lectiu pel Patrimoni, a organizar la “Ruta de los bombardeos” el día 10
de diciembre de 2017, a instancias del Ayuntamiento de Sagunto y de José Ramón
Carbonell. Ese fue el acuerdo y no otro y no hubo ya ninguna otra comunicación
hasta el día 10 de diciembre en que se hizo la actividad. Así pues, el
Ayuntamiento conmemoraba el ochenta aniversario de ese bombardeo y el señor
Carbonell se ofrecía a conducir la ruta y relatarla. Ignoramos si el
Ayuntamiento y Carbonell, acordaron otra cosa. A nosotros, nada se nos comunicó.
Por tanto, creo, que los asesores del Ayuntamiento deberían estar más atentos.
No tengo ningún ánimo de polemizar, pero seguramente si
las explicaciones sobre los bombardeos hubieran sido más amplias y prolijas, no
hubiéramos tomado la palabra.
Concha Cardo. Presidenta del Col.lectiu pel Patrimoni.
Cap comentari:
Publica un comentari a l'entrada